PERSONAS
Llevamos más de 10 años apoyando a los agricultores de algodón mediante el Primark Cotton Project, en colaboración con CottonConnect y nuestros socios locales.
Cuando emprendimos este viaje, nuestro objetivo era comprender y reducir el impacto medioambiental de nuestro algodón, ayudar a los agricultores mediante la formación y averiguar cómo podíamos cambiar nuestra manera de obtener esta materia prima. El programa empezó con 1251 agricultoras en Gujarat (India) y, una década después, ha crecido hasta convertirse en el más importante de este tipo gestionado por una empresa minorista del sector de la moda.
El cambio climático ya está afectando a muchos implicados en nuestra cadena de producción, especialmente a las mujeres, por lo que es fundamental fomentar su resiliencia en este contexto cambiante.
Las mujeres son el alma del Primark Cotton Project, ya que representan más del 80 % de los agricultores a los que formamos. Su fuerza y su dedicación hacen que el programa tenga éxito. Nos centramos en empoderar a estas mujeres, ayudándolas a volverse más resilientes en sus comunidades agrícolas y a adaptarse a los retos que están afrontando.
Lalita se unió al Primark Cotton Project para aprender técnicas para el cultivo del algodón y, posteriormente, acabó convirtiéndose en formadora. Su objetivo es apoyar a las agricultoras y ayudarlas a volverse independientes. Su cargo de formadora la ha ayudado a pagar la educación de sus hijos. Hoy en día, su hija menor es fisioterapeuta. A medida que va formando a más mujeres, Lalita también ha notado cómo aumenta su confianza en sí misma.
«Yo también he cambiado... Ahora me respetan tanto en casa como en la comunidad, porque la formación que ofrecemos a las mujeres les permite cambiar sus vidas».
Geeta y Aruna, ambas formadoras del Primark Cotton Project, se han dado cuenta de que su cargo les ha hecho ganar confianza en sí mismas. Ahora, se sienten cómodas hablando en público y formando a las mujeres de su comunidad. Su esperanza es servir de inspiración para que otras mujeres de su comunidad den un paso adelante y se conviertan en formadoras, perpetuando el ciclo de apoyo y empoderamiento que genera el proyecto.
«Antes no sabía nada del cultivo del algodón, ni de cómo hacerlo ni de lo que implica. Pero, después de participar en este programa, he aprendido mucho sobre agricultura».
Kanchanben, que cultiva algodón y soja verde en una parcela de dos acres en la aldea de Mohd (India), dice que está experimentando un calor cada vez más extremo: «Las altas temperaturas pueden ser insoportables, lo que nos obliga a resguardarnos a la sombra». Además, el aumento de las temperaturas ha incrementado el número de insectos que amenazan sus cultivos.
Gracias al uso de la pulverización ecológica, recomendada por el equipo del Primark Cotton Project en lugar de pesticidas con alto contenido químico, Kanchanben ha podido sacar adelante su cosecha de algodón año tras año: «Al aplicar el tratamiento indicado según las instrucciones, tu plantación de algodón crece considerablemente».
Gracias al Primark Cotton Project, Kanchanben ha aprendido nuevas técnicas como, por ejemplo, a mantener a raya los insectos con métodos como las trampas adhesivas. El dinero que ahorra lo utiliza para comprar material escolar para sus hijos y cubrir otros gastos del hogar. La voluntad de Kanchanben de compartir sus nuevos conocimientos beneficia a toda su familia, ya que transmite a otros las técnicas que ha aprendido.
«Los insectos voladores se posan en el papel cuando llegan, de modo que no es necesario aplicar insecticidas».
Heenaben lleva más de 30 años trabajando con SEWA. Según afirma, el cambio climático ha afectado a la actividad agrícola de la región y las lluvias torrenciales o el calor excesivo pueden perjudicar el crecimiento del algodón y provocar un aumento de los costes. Heenaben y su equipo están formando a agricultoras en técnicas agrícolas que les permitan adaptarse y proteger sus cultivos de los cambios meteorológicos.
«Hemos aprendido mucho con este programa, que ha beneficiado mucho a las mujeres. No se trata de asistir a una clase y marcharse, sino de recibir una formación continua durante tres años».
Zala es una agricultora que vive en la aldea de Muhad (India). Durante los dos últimos años, a través del Primark Cotton Project, Zala ha aprendido nuevas técnicas agrícolas relacionadas con la preparación del terreno y la siembra, la gestión de los cultivos y la recolección. La agricultora utiliza los productos que cultiva para cocinar para su familia y vende los sobrantes en el mercado local. El dinero que gana lo emplea para pagar la educación de sus hijos y los gastos generales de la casa. Zala considera que el programa es muy beneficioso tanto para ella como para las demás agricultoras de la aldea, que también están aprendiendo métodos agrícolas más sostenibles.
«También he puesto en práctica los cultivos intercalados de soja verde, guar y diversas hortalizas, como tomates».
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